Román Culebro Martínez | Coatza Digital
-Coatzacoalcos.- La secretaría de Hacienda, siguiendo la misma línea de la mayor parte de los organismos nacionales e internacionales (como el FMI, OCDE, Banco Mundial, Banco de México y el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, entre otros) recortó las previsiones de crecimiento económico para el 2019 y el 2020.
El gobierno había estimado un crecimiento del PIB para 2019 de 1.5% a 2.5% y para el 2020 de 2.1% a 3.1%. Sin embargo, en los Precriterios Generales de Política Económica 2020 dados a conocer recientemente, las nuevas estimaciones del gobierno mexicano son un crecimiento del PIB de 1.1% a 2.1% en el 2019 y de 1.4% a 2.4% en el 2020.
El PIB es el Producto Interno Bruto y mide el valor de todos los bienes y servicios producidos en un país en un determinado periodo de tiempo, por lo que refleja el tamaño del pastel que hacemos todos los mexicanos.
Por tanto, el PIB generalmente se utiliza como un indicador de prosperidad económica y su crecimiento como indicador de progreso y bienestar.
Mayor crecimiento del PIB, significa mayor cantidad de bienes y servicios, mayor nivel de empleo y mayores ingresos.
Para darnos una idea de lo importante que es para el nivel de vida que nuestro PIB crezca, si el crecimiento más optimista del gobierno del 2.1% del 2019 se mantuviera, tardaríamos aproximadamente 33 años en duplicar nuestro nivel de vida.
Comparemos nuestro crecimiento con China, cuya previsión de crecimiento para el 2019 es de 6.5%. Con su PIB creciendo a esa tasa, China le llevaría aproximadamente solo 11 años duplicar el nivel de vida de sus habitantes.
Existen varios factores a nivel internacional que están empujando a la baja el crecimiento de nuestra economía (especialmente la desaceleración de la economía china y el impulso al proteccionismo del gobierno norteamericano).
Sin embargo también hay factores internos que contribuyen a que las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana bajen (especialmente la situación financiera de PEMEX y la incertidumbre generada por algunas propuestas y decisiones realizadas por el Ejecutivo y los legisladores).
Es posible que, si la estrategia de desarrollo del gobierno tiene éxito y, en un marco de disciplina fiscal, comiencen a tener efectos los distintos programas de bienestar, reactivando el consumo y la inversión pública, entonces la economía repunte.
No obstante, en un entorno de perspectivas económicas a la baja, es necesario también que varios legisladores de Morena y el mismo presidente AMLO sean más prudentes en sus comentarios y propuestas.
Comentarios desatinados pueden -tal como ya lo hemos visto- generar incertidumbre en la economía que retrasen la formación de inversión y por tanto la recuperación del crecimiento y el empleo, alejándonos del crecimiento del 4% prometido por el presidente en la campaña electoral.