Arturo Angel

Entre 2014 y 2016, Emilio Lozoya Austin hizo un millonario favor a su amigo, el empresario Carlos Adolfo Autrey Díaz: le “prestó” 31 millones de pesos, en efectivo. No lo hizo de un jalón sino en tres entregas: la primera de 8 millones, cuando aún era director de Pemex; las otras dos, por 3 millones y 20 millones, unas semanas después de haber dejado el cargo.

El préstamo quedó formalizado en un contrato firmado entre Lozoya y el empresario, donde este último se comprometía a pagar al exfuncionario el dinero más intereses anuales del 7.5%, a más tardar en abril de 2021. Como garantía de pago, ofreció la hipoteca de una residencia que ocupa una manzana completa en Bosques de las Lomas, en la Ciudad de México.

Meses antes de que venciera ese plazo, en noviembre de 2020, y ya en calidad de procesado por los casos Odebrecht y Agronitrogenados, Lozoya firmó un convenio con el despacho del abogado Javier Coello Trejo, donde reconocía que le debía 25 millones de pesos por honorarios, derivado de los servicios legales que sus integrantes le habían prestado. No tenía para pagarles, así que les ofreció una solución: cederles los derechos del contrato firmado con Autrey Díaz para que de ahí se cobraran.

Los litigantes aceptaron, pero ni Lozoya ni Autrey cumplieron.

El empresario, propietario entre otros negocios de la empresa Pharmometrica, no devolvió a Lozoya el dinero pactado en la fecha acordada y el exdirector de Pemex no ha pagado a los que fueran sus abogados. No solo eso. Hace unas semanas, de forma sorpresiva, el exdirector de Pemex revocó el poder legal que había conferido al despacho de Coello Trejo, lo que le impide seguir con el proceso civil en contra de Autrey para recuperar los 31 millones o su casa de Las Lomas, y de ahí cobrar lo que Lozoya adeuda.
 
Los ex abogados de Lozoya presumen ahora que fueron víctimas de un posible fraude, ya denunciado ante la Fiscalía General de la CDMX en contra de quienes resulten responsables. Además, analizan la posibilidad de demandar directamente al que fuera su cliente para que pague lo que les debe.
 

“Como lo tienes documentado, él nos revoca los poderes para que no pudiéramos seguir actuando en este procedimiento. Posiblemente, él ya llegó a un acuerdo con este señor Autrey y es por eso que ya no necesita de nuestros servicios para continuar con este procedimiento. Me parece totalmente injusta la decisión que él toma, pero bueno, él ha tomado las decisiones que ha tomado y la vida tendrá que ponerlo en su lugar. Pero a nosotros no nos ha pagado”, confirmó al medio  Animal Político el abogado Javier Coello Zuarth, ex defensor del propio Lozoya.

El medio antes mencionado  tiene copia de diversos documentos —asentados en expedientes judiciales y pasados ante la fe de notarios públicos— que confirman lo anterior. Entre ellos, el contrato firmado entre Lozoya y Autrey, el convenio de adeudo firmado entre Lozoya con los que fueran sus abogados, y la carpeta de investigación iniciada en la fiscalía capitalina por el presunto fraude denunciado por los Coello Trejo.

Sobre estos hechos, Animal Político buscó a Emilio Lozoya (preso actualmente en el Reclusorio Norte), quien a través de sus abogados respondió que desconoce la existencia de los referidos convenios y sostiene que su firma podría haber sido falsificada (esto, pese a que este medio corroboró que los documentos son verídicos y constan en los registros de los respectivos notarios). De los motivos por los cuales le prestó dinero en efectivo al empresario y de cuál es el origen de esos recursos, no emitió mayores comentarios. En cualquier caso, señalaron sus abogados, todo deberá aclararse en los tribunales

También el mismo medio  buscó a Autrey a través de los teléfonos de su empresa, de mensajes a su número celular, de su dirección de correo electrónico y de su abogado civil, Christian Osman Marthos, pero no hubo ninguna respuesta. En la oficina de su abogado confirmaron que se recibió la solicitud pero no hubo mayor comunicación.

La negativa de Lozoya a pagar lo que debe a los que fueran sus abogados ocurre mientras este intenta cerrar con Pemex un acuerdo económico que repare el daño que se le imputa por los casos en que se encuentra procesado.

CRONOLOGÍA DEL MILLONARIO “PRÉSTAMO”

De acuerdo con el denominado “Contrato Mutuo con interés y ofrecimiento de garantía hipotecaria”, la primera ocasión en que Lozoya le entregó dinero a Autrey Díaz fue el 31 de marzo de 2014. La cantidad: 8 millones de pesos. De acuerdo con una persona cercana al propio Lozoya, este préstamo y otros se hicieron en efectivo.

No era la primera vez que el entonces director de Pemex repartía mucho dinero. Según sus propias declaraciones, en ese mismo periodo y por supuestas instrucciones de Luis Videgaray, coordinó la entrega de más de 52 millones de pesos —también en efectivo— a legisladores de oposición con la finalidad de que se aprobara la reforma energética.

Lo que Autrey recibió supera lo que se entregó a varios de los legisladores supuestamente sobornados. Por ejemplo, Lozoya ha declarado que a Ricardo Anaya (entonces diputado federal del PAN) le entregó, en total, 6 millones 800 mil pesos, 1 millón 200 mil pesos menos que al empresario.

Y lo que recibió en 2014 el empresario amigo de Lozoya fue solo el comienzo. El 3 de marzo de 2016, Lozoya le hizo una nueva entrega de dinero, esta vez por 3 millones de pesos. Y apenas un mes después, el 4 de abril de aquel año, el pago más grande por un monto de 20 millones. Estos dos últimos pagos ocurrieron apenas una semana después de que Lozoya se quedara sin trabajo, al haber renunciado a Pemex por petición de su entonces jefe, el presidente Enrique Peña Nieto.

Cuestionado sobre el origen de los recursos y la razón por la cual Lozoya había realizado dicho préstamo en efectivo, su ex abogado Coello Zuarth respondió que estaba impedido a dar detalles en torno a este hecho. “En su momento nos comentó del préstamo. El secreto profesional nos obliga a que yo no pueda revelar lo que en su momento me platicó Emilio Lozoya cuando fui su abogado”, dijo. Como ya se mencionó, ni el exdirector de Pemex ni el empresario quisieron dar respuesta sobre este cuestionamiento en específico.

Con motivo de la última entrega de recursos, el exfuncionario firmó con Autrey el referido contrato mutuo, en cuyas cláusulas se estableció la fecha en la que se habían llevado a cabo las entregas y el monto total del adeudo: 31 millones de pesos. La devolución del dinero, con un interés a tasa anual del 7.5%, se pactó en un periodo de cinco años que concluiría, a más tardar, el 14 de abril de 2021.

Como garantía de pago, en las cláusulas de contrato se estableció que Autrey debía ceder la hipoteca de una propiedad en favor de Lozoya. La propiedad en cuestión es un inmueble que ocupa una manzana completa, ubicada en la calle Bosque de Magnolias, número 10, colonia Bosques de las Lomas, en la alcaldía Miguel Hidalgo. La propiedad vale unos 50 millones de pesos.

Al momento en que se firmó el contrato, la propiedad ya tenía encima una primera hipoteca con la institución bancaria Scotiabank Inverlat, por lo que Autrey se comprometió al mismo tiempo a liquidar dicha hipoteca dentro de los 15 días posteriores a la fecha de la firma del contrato con Lozoya para, inmediatamente después, inscribir una nueva hipoteca a favor del exdirector de Pemex.

Pero de acuerdo con los exabogados de Lozoya, nada de esto ocurrió. El empresario no liquidó la hipoteca en el plazo convenido ni tampoco cubrió el adeudo en la fecha límite de abril de 2021.

LA DEUDA DE 25 MILLONES

En junio de 2020, en medio de las negociaciones con el gobierno de México para aceptar ser extraditado a México y las presiones para que cambiara de abogados, Lozoya relevó a Javier Coello Trejo y su despacho de su representación penal. Lo hizo en una carta donde aseguraba que el proceso en su contra no era justo y que, incluso, no quería arriesgarlos a ellos. Pero había un detalle: para ese momento les debía ya 25 millones de pesos de honorarios.

El día 19 del mismo mes, Lozoya y Javier Coello firmaron el denominado “convenio de reconocimiento de adeudo y dación de pago”, formalizado ante la fe del Notario 49 de la Ciudad de México, Arturo Sobrino Franco.

En dicho documento, las partes reconocen el adeudo de los 25 millones, pero también la existencia del contrato entre Autrey y Lozoya, incumplido para ese momento por el empresario farmacéutico. Y se plantea la solución: que los derechos de ese contrato pasen a los Coello Trejo para que, a partir del mismo, puedan cobrar los honorarios que el exfuncionario les adeuda.

“El cedente (Lozoya) cede sin contraprestación alguna al respecto, a favor del cesionario (Coello), todos los derechos que le corresponden respecto al Contrato Mutuo con interés que el cedente celebró con el licenciado Carlos Adolfo Autrey Díaz Aldrete, en donde este último reconoció adeuda a Emilio Ricardo Lozoya Austin la cantidad de 31 millones de pesos”, se lee en la cláusula cuarta del convenio.

En el mismo convenio se instruye a los Coello Trejo para que —en representación de Lozoya— inicien las acciones judiciales y extrajudiciales que consideraran necesarias con la finalidad de que Autrey cumpliera con liquidar el adeudo o se hiciera efectiva la hipoteca sobre su residencia. 

En ese contexto, el 3 de agosto de 2020, el despacho Coello Trejo presentó una demanda civil a través de la vía especial hipotecaria en contra del empresario, con la finalidad de que se cubriera de forma inmediata con los adeudos ya señalados o con la entrega del inmueble en Bosques de las Lomas.

En los meses siguientes, el proceso se alargó debido a los retrasos que originó la pandemia y a que Autrey, a través de su representante legal, promovió un recurso en el que afirmaba que no fue notificado correctamente del referido juicio especial hipotecario argumentando que la persona que recibió el escrito de juzgado (su chofer) no era, en realidad, empleado suyo. A la postre, el juez decidió que el empresario no tenía razón y que la notificación sí se había realizado correctamente.

PROMETE, PERO NO PAGA

Documentos de los que también el medio Animal Político  tiene copia muestran que el 7 de abril de 2022 Lozoya, de forma sorpresiva, le revocó los poderes legales que había conferido a los Coello para que continuaran con el referido juicio especial hipotecario que, para este momento, ya se encontraba ante una sala penal del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX. Esto, sin que para ese momento Autrey hubiera cumplido con la hipoteca y, por lo tanto, sin que los Coello pudieran haber cobrado el dinero que el exdirector de Pemex les adeudaba.

El 30 de mayo, Georgina Olvera González, notaria 207 de la CDMX, se presentó en el despacho Coello Trejo y Asociados para hacer la notificación formal de la revocación de poderes decidida por Lozoya. Un día después, el 1 de junio, Coello le mandó un oficio a la referida notaria en donde destaca su “extrañamiento” por la decisión de Lozoya, dado que el cobro del dinero que este les debe depende de que Autrey pague los 31 millones o se haga efectiva la hipoteca.

En ese contexto, y aceptando la revocación de los poderes que le habían conferido, Coello aprovechó para solicitarle a Lozoya, a partir de la referida notaria, que le pagara los 25 millones de pesos en un plazo no mayor a cinco días a partir de que fuera notificado de dicho escrito.

Este nuevo plazo, indicó en entrevista con este medio Coello Zuarth, ya se venció, pero Lozoya no ha cumplido en cubrir el referido adeudo.

Los hechos ocurren de forma simultánea a que el exdirector de Pemex insiste en negociar con el gobierno del presidente López Obrador y con la FGR un acuerdo económico en el que asegura comprometerse a devolver recursos millonarios y entregar propiedades a cambio de que se cancelen los procesos en su contra por los casos Odebrecht y Agronitrogenados. Originalmente, el exfuncionario había prometido entregar aproximadamente 200 millones de pesos, cifra que el gobierno considera que no alcanza a cubrir los daños causados por los sobornos que Lozoya ya reconoce haber recibido. 

FRAUDE, DENUNCIA Y LO QUE VIENE

El 11 de mayo de 2021, Christian Osman Marthos, abogado de Autrey, se presentó en el despacho Coello Trejo para confirmar algo que les había dicho días antes durante una audiencia: que el hermano de Emilio Lozoya ya estaba en conversaciones con su cliente para llegar a un acuerdo por la deuda de los 31 millones de pesos contraída entre 2014 y 2016, y desistirse de las acciones legales.

Esto fue considerado por los Coello como un potencial fraude en su agravio ya que, para ese momento y de acuerdo con el convenio de adeudo por los 25 millones que habían firmado con Lozoya, los derechos de cobro de los 31 millones eran de los litigantes y ya no del exdirector de Pemex.

Por este motivo el 15 de julio del año pasado presentaron formalmente ante la fiscalía de la CDMX una denuncia de hechos en contra de quien resulte responsable, por una posible tentativa de fraude y lo que resulte en su agravio. A partir de ello se inició una carpeta de investigación que continúa en integración.

“Es evidente que se están realizando operaciones y arreglos ocultos con el objeto de eludir las obligaciones adquiridas, por medio del engaño y que terminarían por afectar el convenio de reconocimiento de adeudo y dación de pago que hay en mi favor”, indicó Coello Trejo en su denuncia, ya ratificada.

Coello Zuarth no descartó, además, que busquen promover nuevos procedimientos legales para reclamar directamente a Lozoya Austin que les pague los 25 millones que les adeuda.

“A raíz de que nos canceló el poder, nosotros le hemos requerido formalmente el pago y estamos analizando si tomamos acciones legales en contra suya. Lo estamos viendo para saber si es conveniente”, indicó el litigante.

Fuente: Animal Político 

 

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