Agencias 

– El nuevo sistema de atención médica dedicado a quienes no cuentan con seguridad social, y que sustituirá al Seguro Popular, estará centrado en la atención primaria de la salud y en las redes integradas, que ya se han puesto en marcha en otros países. 

Así lo aseguró tanto el Secretario de Salud, Jorge Alcocer, como diversos funcionarios del nuevo instituto en el primer día de audiencias públicas para analizar la iniciativa de creación del nuevo ente gubernamental.

La Organización Panamericana de la Salud define las redes integradas de servicios de salud como redes de organizaciones que prestan o hacen los arreglos para prestar servicios de salud equitativos e integrales a una población definida, y que están dispuestas a rendir cuentas por sus resultados clínicos y económicos y por el estado de salud de la población a la que sirve. 

La atención primaria, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la asistencia sanitaria accesible a todos los individuos y familias de la comunidad a través de medios aceptables para ellos, con su plena participación. 

Este concepto se originó hace 40 años, en la Conferencia Internacional de Alma-Ata (la salud para todos), celebrada en 1978. De acuerdo a un informe de 2008 de la OMS sobre la atención primaria en salud, en su formulación inicial, esto iba en contra de un modelo centrado en las enfermedades, la alta tecnología y la atención especializada, en el que la salud se considera un producto de intervenciones biomédicas, y se desatiende en gran medida el poder de la prevención.

A veces se encomiendan a especialistas –señala el informe– tareas que desempeñarían mejor los generalistas, médicos de familia o enfermeras. Ello aumenta la ineficiencia, restringe el acceso y priva a los pacientes de la posibilidad de recibir una atención integral. Cuando la salud se constriñe hacia la atención especializada, tiende a perderse una amplia gama de intervenciones protectoras y profilácticas.

De acuerdo a estimaciones de la OMS, la mejora del uso de las medidas profilácticas disponibles podría reducir la carga mundial de morbilidad hasta en un 70%.

Cómo lo implementarán

Durante la segunda mesa sobre la iniciativa para crear el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), Alejandro Svarch, coordinador nacional médico, dijo que las redes integradas de salud, basadas en la atención primaria, tendrán una fuerte base territorial, con un elemento que va a ser de gran impulso para el modelo: el equipo de salud para el bienestar.

Este, explicó, estará compuesto por un médico general, un médico familiar y servicio de enfermería. Ellos serán el articulador intersectorial.

“Se está haciendo el diagnóstico de las deficiencias de este primer nivel  y se va a impulsar una campaña para academizar y poder dar a este equipo mayor resolutividad”.

El equipo de salud para el bienestar y las direcciones de los centros de salud, dijo Svarch, abrirán espacios y promoverán la participación comunitaria en las labores de definición de los principales objetivos y metas de salud, así como del desarrollo de las actividades sanitarias con la intención de que las personas y la comunidad sean gestores y sujetos activos.

Las redes integradas de servicios de salud, indicó, se organizarán considerando los mejores criterios nacionales e internacionales para garantizar la atención continua de las personas hasta la resolución de sus problemas.

En cada red se definirán mecanismos claros para el tránsito de las personas entre las diferentes unidades y las informaciones médicas y sanitarias necesarias para la atención oportuna y de calidad. 

Cada equipo de salud llevará un diagnóstico  de su territorio que será la guía para el trabajo de promoción del bienestar y la prevención de enfermedades. 

Con este modelo, aseguró, “que se va a centrar en la atención en el primer nivel, estimamos que podemos contener aquí hasta un 70 u 80% de las patologías. Al segundo nivel llegarán menos”. 

La salud como mercancía 

Las inequidades en el acceso a la atención y en los resultados sanitarios suelen ser mayores –afirma en su informe la OMS– cuando la salud se trata como si fuera una mercancía y la atención se orienta en función de los beneficios que rinde. “Es fácil predecir el resultado: pruebas y procedimientos innecesarios, estancias más frecuentes y más largas en los hospitales, aumento de los costos generales, y exclusión de las personas que no pueden pagar”, advierte el documento. 

El informe señala también que en los sistemas convencionales de salud, en las zona rurales del mundo en desarrollo, la atención se suele fragmentar en iniciativas separadas, centradas en determinadas enfermedades o proyectos, en los que se presta poca atención a la coherencia y con escasas inversiones en infraestructuras básicas, servicios y personal. “En esas situaciones las personas se reducen a objetivos programáticos”.

El planteamiento de la atención primaria de salud, cuando se aplica adecuadamente, ofrece protección frente a muchos de esos problemas. Promueve un planteamiento holístico de la salud que otorga igual importancia a la prevención que a la curación, en un proceso de atención ininterrumpida que se extiende a lo largo de toda la vida. “La atención primaria de salud devuelve el equilibrio a la atención sanitaria, y sitúa a las familias y las comunidades en el centro”. 

Eso es justo lo que prometió el secretario de Salud, que en el nuevo Instituto de Salud para el Bienestar serán los individuos, las familias y las comunidades quienes en torno a quienes girará todo el modelo. 

“Hace 40 años los pueblos del mundo firmaron la Declaración de Alma-Ata, que estableció la prioridad de aumentar el acceso a los servicios de salud y universalizar el derecho a la misma, pero durante esos tiempos las políticas mundiales se centraron en la Guerra Fría y las políticas económicas aplicadas fragmentaron y segmentaron los sistemas de salud de las naciones en desarrollo, como sucedió en México”, aseguró.

La visión holística de la salud se redujo –agregó- “a un conjunto de servicios escasos, o paquetes universales mínimos para la población pobre, donde las empresas privadas podían ingresar al sector de la salud en busca de beneficios por enfermedades”. 

El funcionario agregó que proporcionar atención primaria de salud significa, no sólo escuchar y actuar de acuerdo con las demandas de quienes no han sido escuchados, incluidas las mujeres, los niños, los indígenas, los jóvenes, los migrantes, los grupos LGBTQ y los pobres, sino también asegurar que exista una reorganización de los servicios que no se limiten al primer nivel de atención médica. 

También es necesario dar pauta al establecimiento de redes integradas de servicios de salud, que aseguren la referencia y la contrarreferencia, que no existe en el país, además de que permitan la respuesta oportuna y adecuada a la población local.

“Es increíble –subrayó– que nuestras mujeres aún mueran durante el parto, porque no pudieron recibir atención prenatal, o porque la clínica de atención primaria estaba demasiado lejos, o por qué los servicios de transfusión no estaban disponibles en el centro de salud más cercano. Ya no habrá más excusas”.

Alcocer arremetió contra los paquetes universales mínimos para la población pobre.

Aunque el Seguro Popular fue la propuesta para resolver los problemas de salud de la población desprotegida –explicó– las personas afiliadas a este programa y los millones de no afiliados, carecen hoy de acceso a atención médica de manera oportuna y de calidad.

Un ejemplo de este fracaso, dijo, son los ataques al corazón. “Esta dolencia sólo está cubierta por los seguros médicos antes de los 60 años, justo cuando el riesgo de ataques cardíacos se hace más frecuente entre la población que envejece”.

Además, indicó, la promesa de protección financiera no se cumple, ya que las personas deben pagar, más o menos, el 40 por ciento del precio con gasto de su propio bolsillo, lo que ocasiona, en consecuencia, la exposición de la economía familiar en gastos catastróficos y empobrecimiento repentino.

Lo que se propone ahora, de acuerdo a lo dicho por Alcocer, es hacer que los servicios de salud y los medicamentos estén disponibles para toda la población. “Esto se logrará implementando el modelo de atención primaria a la salud, federalizando el sistema de salud fragmentado que tenemos hoy, organizando la regulación de la salud y fortaleciendo la industria farmacéutica nacional y la investigación innovadora”.

Fuente: Coatza Digital 

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