Agencias 

Frontera Hidalgo, Chiapas.- Agentes de la Guardia Nacional (GN) y del Instituto Nacional de Migración (INM) frenaron ayer, entre jaloneos y gases lacrimógenos, el avance de unos 2 mil centroamericanos que habían ingresado sin documentos por la mañana a México por el río Suchiate.

La mayoría de los migrantes fueron detenidos o se entregaron voluntariamente; otros huyeron hacia el monte para evitar ser arrestados, con lo que quedó disuelto el grupo, que pretendía llegar a Tapachula y luego a la frontera con Estados Unidos.

El operativo ocurrió alrededor de las 15 horas en la carretera que comunica Ciudad Hidalgo con Tapachula, luego de que los indocumentados, en su mayoría hondureños, rechazaron el ofrecimiento de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y del INM de registrarse para que sus casos fueran analizados, a fin de ofrecerles asilo o trabajo.

Los alrededor de 2 mil centroamericanos sorprendieron a la policía e ingresaron alrededor de las 6 horas a México junto al puente Suchiate 2, a unos dos kilómetros de distancia del puente internacional Rodolfo Robles.

La multitud, que permanecía en un albergue ubicado en la ciudad de Tecún Umán, Guatemala, entró con banderas de diferentes países, incluida la de Estados Unidos, gritando: ¡Viva México! y “¡Vamos pa’arriba!” Luego tomó la carretera federal que conduce a Tapachula –que está a unos 40 kilómetros del río–, por lo que los uniformados se dirigieron al vecino municipio de Frontera Hidalgo para intentar contenerla.

Los hombres, mujeres y niños caminaron 12 kilómetros y a las 11 horas arribaron a Frontera Hidalgo para descansar y alimentarse. Una mujer repartió tamales, principalmente a niños y mujeres.

Pasado el mediodía llegó con ellos la delegada de la Comar en Chiapas, Alma Delia Cruz Márquez. Les pidió que se registraran ante el INM para ser trasladados a un albergue; les ofreció estudiar sus casos e insistió en que es requisito ingresar de manera ordenada y regulada. Representantes de los indocumentados le ofrecieron responderle posteriormente.

Una vez que se retiró Cruz Márquez, una funcionaria del INM les dijo que debían registrarse en esa dependencia, lo que los centroamericanos rechazaron.

Entonces, alrededor de las 15 horas, más de 200 agentes de la GN se acercó con equipo antimotines al grupo, que trató de avanzar sobre una carretera paralela, pero los uniformados les tendieron un cerco.

Al aproximarse los policías comenzaron los gritos y los jaloneos; los agentes lanzaron gas pimienta y los migrantes pretendieron huir. Muchos escaparon, pero la mayoría fueron detenidos o se entregaron voluntariamente. Un menor de edad sufrió crisis nerviosa y sus familiares lo atendieron.

Los indocumentados no opusieron mucha resistencia debido a que estaban cansados, y algunos incluso se sentaron en señal de que se rendían, por lo que los agentes concluyeron sus acciones en menos de dos horas. Todos los detenidos fueron subidos en autobuses y trasladados a la estación migratoria Siglo XXI, ubicada en Tapachula.

La mayoría de los centroamericanos que ingresaron ayer fueron replegados por la policía el lunes pasado a las márgenes del río Suchiate cuando intentaron entrar a territorio mexicano.

Irineo Mújica, de la organización Pueblos Sin Fronteras, y Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, anunciaron que interpondrán amparos para evitar que los detenidos este jueves sean deportados y el gobierno mexicano los reconozca como refugiados. Mencionaron que antes de que la policía actuara ya habían recibido mil 118 solicitudes de asilo que presentarían ante la Comar, cuando vinieron la gaseada y las detenciones.

Aseguraron haber dialogado con el titular de la Comar, Andrés Silva, y con el canciller Marcelo Ebrard, quienes dijeron que no se les iba a tocar, pero mientras llenábamos los papeles llegó la represión de la policía.

Fuente: Coatza Digital 

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