Milenio.-Ante la falta de aviones por la quiebra de algunas aerolíneas y un incremento en la demanda de pasajeros, Rogelio Rodríguez Garduño, especialista en derecho aéreo, proyecta un incremento de hasta 300 por ciento en el costo de los boletos de avión para esta Semana Santa.
Las tres principales líneas aéreas nacionales cuentan con una flota de alrededor de 280 aviones, contra los más de 500 que se tenían en el 2000, que estaban repartidas entre 16 aerolíneas.
“En las últimas dos décadas desaparecieron por problemas financieros 13 aerolíneas, en su mayoría de bajo costo como Taesa, Interjet y Aerocalifornia, mientras que el número de pasajeros nacionales crece exponencialmente”, explicó el que también fue director adjunto de Transporte y Control Aeronáutico de la desaparecida Dirección General de Aeronáutica Civil.
Detalló que entre 2021 y 2022 aumentó de 35 millones a 51 millones 761 mil viajeros aéreos, “lo que ha presionado la oferta que permite a las firmas nacionales aplicar costos excesivos en el boleto sobre todo en temporadas de mayor demanda”.
Señaló que de acuerdo a la Ley de Aviación Civil de 1995 en que se adelantaba una política de cielos abiertos que alentará la competencia, es prerrogativa de las aerolíneas nacionales y concesionarios determinar libremente las promociones y tarifas en las rutas que cubren lo que significa que no existe una intervención regulatoria del Estado.
Esta situación es la que hace que la derrama económica esperada no supere aun los niveles previos a la pandemia; según la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Ciudad de México (Canaco-CdMx) estimó que el próximo periodo de Semana Santa será de 11 mil 497 millones de pesos, aún 18.5 por ciento menores que en 2019.
Para Rogelio Rodríguez Garduño, las tres principales líneas aéreas nacionales, sin incluir Magnicharters y TAR, cuentan con salud financiera y así lo demuestran sus programas de expansión de flota.
“El problema es que por la desaparición de las 13 aerolíneas cuyo estado contable no fue eficientemente auditado por la Agencia Federal de Aviación Civil para garantizar su solvencia financiera y evitar su quiebra”.
“Ahora se tiene un déficit en transporte aéreo de 50 por ciento ante un crecimiento en el número de pasajeros anual de 30.2 por ciento con tendencia a continuar aumentando y naturalmente, presionando el precio de los boletos”, explicó.