Agencias

– El enviado de Teherán para los asuntos iraquíes, el poderoso general Qasem Soleimani, y otro líder proiraní en Irak murieron este viernes en un bombardeo estadounidense en Bagdad, tres días después de un ataque a la embajada de Estados Unidos.

Soleimani era una figura clave en el régimen iraní. Desde 1998, lideraba a la Fuerza Quds, una unidad de élite de la Guardia Revolucionaria de Irán. Considerado un “héroe nacional”, reportaba directamente al líder supremo iraní, el ayatola Ali Jamenei.

Soleimani se encargaba en específico de los asuntos iraquíes. El Pentágono lo acusó de ser responsable de las muertes de cientos de soldados estadounidenses y de la coalición, y de herir a miles más. También lo responsabilizó de orquestar ataques contra bases de la coalición en Irak en los últimos meses, incluyendo la agresión del pasado martes contra la embajada estadounidense en Bagdad.

En abril, el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, designó a la Guardia Revolucionaria iraní a la Fuerza Quds como “organización terrorista”. Además de Soleimani, fue abatido Abu Mehdi al Muhandis, número dos de las Fuerzas de Movilización Popular o Hashd al Shaabi, una coalición de paramilitares mayoritariamente proiraníes y ahora integrados en el Estado iraquí. Poco después de sus muertes, el Pentágono anunció que el presidente estadounidense Donald Trump dio la orden de “matar” a Soleimani.

Para Phillip Smyth, un especialista estadounidense en grupos armados chiitas, “esta es la operación de decapitación más grande jamás llevada a cabo por Estados Unidos, más que las que mataron a Abu Bakr al Bagdadi u Osama bin Laden”, jefes del Estado Islámico (EI) y de Al-Qaeda respectivamente.

Desde hace años, Irak se encuentra entre dos fuegos, atrapado entre sus dos grandes aliados: Estados Unidos e Irán. En 2003, derrocando al régimen del presidente Sadam Husein, Estados Unidos pasó a controlar los asuntos iraquíes.

Pero Teherán y los proiraníes se infiltraron en el sistema puesto en marcha por Washington. Los proiraníes han acumulado un arsenal gracias a Irán, pero también a lo largo de los años de combate junto con los estadounidenses, en particular contra el Estado Islámico. Incluso lograron atacar la embajada de Estados Unidos en Bagdad el martes. Teherán advierte venganza Tras la operación, el presidente estadounidense, Donald Trump, tuiteó la bandera de su país.

Según el Pentágono, que confirmó que el mandatario dio la orden de “matar” a Soleimani, el objetivo era disuadir futuros planes iraníes de ataque. Se trata del golpe más duro de Washington contra un líder iraní. De inmediato funcionarios de Teherán juraron “venganza”. Soleimani encabezaba desde 1998 la unidad de élite Quds, que maneja las operaciones clandestinas en el extranjero.

Según la Casa Blanca, él estaba desarrollando planes para atacar a diplomáticos estadounidenses y miembros del servicio de ese país en Irak y en otras partes de la región. El papel de Soleimani fue clave en el apoyo al régimen sirio de Bashar al-Assad en la guerra civil de esa nación, y en la lucha contra el Estado Islámico (EI) en Irak. Reportaba directamente al líder supremo iraní, ayatola Alí Jamenei.

El ataque hizo explotar dos coches, según la comandancia militar iraquí. Irak, desde hace años entre dos fuegos por la rivalidad de sus aliados Estados Unidos e Irán, ha sido escenario en las últimas semanas de una espiral de tensión que amenaza con convertirlo en un campo de batalla para estas potencias presentes en su territorio.

Desde finales de octubre soldados y diplomáticos estadounidenses fueron blanco de una decena de ataques con cohetes, en los que murió un subcontratista hace una semana. Washington, que acusa a las facciones proiraníes de las Fuerzas de Movilización Popular de estar detrás de ellos, respondió el domingo por la noche bombardeando bases, una de ellas cerca de la frontera siria, con un saldo de 25 decesos.

 El martes una muchedumbre de combatientes y de simpatizantes proiraníes atacó la embajada de la Unión Americana en Bagdad, en la ultraprotegida Zona Verde de la ciudad. Estados Unidos acusa a Irán de estar detrás de los ataques contra la legación.

 Ayer el jefe del Pentágono, Mark Esper, advirtió a Teherán que si prosigue con su campaña de provocaciones contra sus intereses en Medio Oriente “lo lamentará. Estamos preparados para ejercer la defensa propia y detener más comportamiento ofensivo por parte de estos grupos, Washington reforzó la seguridad de la embajada en la capital iraquí con marines y ha desplegado casi un millar de tropas adicionales en su base. El petróleo subió levemente impulsado por la tensión en Iraks.

Fuente: Coatza Digital

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