Anahí Ruiz Bautista
Sobre la fe en la humanidad se pueden decir muchas cosas, sobre todo en estos tiempos en los que utilizar servicios básicos, como el de transporte en la modalidad de taxi, se convierte en una actividad de riesgo en cualquier punto del país.
Sin embargo, no escribir sobre los buenos sería tan negligente como negar lo malo. Este fin de semana un buen ciudadano, un buen taxista…mejor aún una buena a persona; rescató a una menor que deambulaba por las calles del poniente de la ciudad bajo los intensos rayos de sol y con sensación térmica cercana a los 40 grados.
Se trató de una niña de ocho años, y el taxista -hombre por cierto- no dudó en subirla a su unidad y llevarla con las autoridades. No la acosó, no la violentó, no la robó. Hizo lo que la mayoría (Por que estoy segura que es la mayoría) habría hecho, la protegió.
Emitió el llamado a la policía municipal, llamado al que por cierto acudió la patrulla rosa dada la naturaleza del caso. Al ser atendida por las oficiales , la menor pudo ser resguardada con toda tranquilidad a espera de aclarar su situación.
Muchas preguntas se desprenden de este peculiar caso (Por ejemplo los motivos por los que una menor escapó de casa, pero esa investigación le corresponde a las autoridades). Por el momento me detengo en el hecho de que en Coatzacoalcos, como en Veracruz y en todo México aún hay gente buena en quien confiar.
El hombre taxista masculino -y aquí sí vale la pena la aberrante redundancia- se convirtió en un héroe y un ángel para la pequeña, porque ser bueno NO es cuestión de género.
Y para aquellos que denostaron la presencia de una patrulla rosa en las calles de la ciudad aquí otro mensaje: Así haya sido una sola niña, la tranquilidad que a esta pequeña le generó ser atendida por las uniformadas ya pagó y con creces la presencia en Coatzacoalcos de esta unidad.
¡Bien por ellas y bien por él!
Nota al pie: Fue un padre de familia y trabajador de un conocido medido de comunicación el que ayudó al trabajador del volante a hacer el llamado a las autoridades ¡Un merecido aplauso a ti también!
Fuente: Coatza Digital
