Enrique Sánchez

– Ciudad de México.- La Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés), con sede en Noruega, es una coalición de varios países europeos, China, Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud, que inició hace dos años para hacer frente a las enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes, entre ellas el Covid-19.

México, a través de sus científicos, atiende la invitación que le hiciera la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, siendo nuestro país el único de América Latina miembro de su Consejo. Para tal fin, la cancillería promovió la formación del Consorcio de Científicos para la Innovación y el Desarrollo de Vacunas MX-CEPI (CCIDV Mex-CEPI).

“Es muy importante que México asuma, decida, que en lo sucesivo siempre tendremos como primera posición el que México puede y debe desarrollar este tipo de vacunas, así como toda la infraestructura tecnológica y científica que determina hoy en día la salud pública”.

En la conferencia virtual en la que estuvo presente el secretario de Salud, Jorge Alcocer, se presentaron los cuatro proyectos mexicanos que buscan acceder a recursos financieros para llevar a cabo estudios, protocolos y pruebas con la meta de lograr las certificaciones sanitarias y producción masiva para el mundo.

“Actualmente, existen más de 100 proyectos de vacunas para SARS-CoV-2, agrupadas en cuatro grandes grupos basados en diferentes virus o partes virales.

“De acuerdo al proyecto de panorama de vacunas candidatas de la Organización Mundial de la Salud, se reportaron al 28 de junio de 2020, 17 candidatos en evaluación clínica y 131 proyectos en evaluación preclínica. Son tres los candidatos más prometedores”, resaltó el titular de Salud

En tanto, el canciller mexicano señaló que estos proyectos aun cuando no accedan a recursos mundiales, contaran con el apoyo financiero del Gobierno de México para el desarrollo de sus investigaciones.

PROYECTOS

Uno de los cuatro equipos mexicanos que ya presentaron ayer a CEPI en Noruega su proyecto, está encabezado por el doctor Bernardo de Lozano-Dubernard, director de la empresa veterinaria Avimex, quien tiene experiencia en el desarrollo de vacunas para animales utilizando estrategias semejantes a las usadas en aves y porcinos, y una proteína del virus SARSCov-2 para desarrollar una opción a corto plazo.

Por otro lado, están los doctores Laura Palomares y Tonatiuh Ramírez del Instituto de Biotecnología de la UNAM quienes trabajan con fragmentos de la proteína S que el virus utiliza para unirse a la célula humana e infectarla.

Además, José Manuel Aguilar del TEC de Monterey que en conjunto con la Universidad Autónoma de Baja California desarrollan una vacuna de ADN.

Finalmente, el proyecto encabezado por los doctores Joel Mosqueda y Teresa García Gasca por parte de la Universidad Autónoma de Querétaro, con un protocolo de vacuna basada en péptidos.

De conseguir los recursos y poderse desarrollar alguno de estos proyectos las pruebas en humanos y producción masiva estaría en promedio hacia el primer trimestre del próximo año.

Fuente: Excelsior

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