España – El anillo inteligente tiene el potencial de convertirse en mucho más que en un dispositivo vinculado a la salud.
La primera noticia que tuvimos fue en el Mobile World Congress, meses después ya teníamos muchas de sus especificaciones, pero aún no había llegado a España. Eso ha cambiado: desde hoy es posible adquirir el flamante Galaxy Ring de Samsung directamente en su página web.
El objetivo de este dispositivo es, inicialmente, reemplazar al reloj inteligente en todo lo que se refiere a mediciones de salud: temperatura, horas de sueño, oxígeno en sangre, frecuencia cardíaca, con la comodidad de que sus 3 gramos no molestan en absoluto a la hora de dormir con él, algo que sí puede suceder con el reloj. El anillo está disponible en tres colores (negro, dorado y plata) y 9 posibles tallas por 449 euros. Tiene una resistencia al agua de hasta 100 metros y un acabado en titanio de grado 5 (el más utilizado por su compatibilidad biológica y su resistencia a la corrosión y a las altas temperaturas).
Su batería tiene una autonomía de hasta 7 días y su estuche de carga cuenta con una luz LED para indicar el estado de carga. La aplicación Samsung Health es la “pantalla” de este dispositivo: a través de ella vemos las variables, los datos y las cifras vinculadas a salud: desde la actividad física, la frecuencia cardíaca, hasta el sueño.
Y entonces viene la pregunta clave: ¿vale la pena comprar un Galaxy Ring? ¿Qué tiene de especial? Unas semanas antes de la presentación del anillo inteligente de Samsung, se aprobó una patente, tanto en Estados Unidos como en Europa, que describe un “dispositivo portátil tipo anillo”.
El anillo descrito cuenta con sistema para obtener señales PPG (transmiten formas de onda infrarrojas a la piel y detectan las señales que refleja la piel) útiles para evaluar la frecuencia cardíaca, la respiración y el flujo sanguíneo.
De acuerdo con la patente, el anillo incluye un módulo sensor que puede incluir, por ejemplo, un sensor de gestos, un sensor giroscópico, un sensor de presión atmosférica, un sensor magnético, un sensor de aceleración, un sensor de agarre, un sensor de proximidad, un sensor de color,un sensor de infrarrojos (IR), un sensor biométrico, un sensor de temperatura, un sensor de humedad o un sensor de iluminancia (el nivel de iluminación).
Con estos datos, podemos deducir que el reloj podría (al igual que los relojes inteligentes) detectar una caída de quien lo usa. El sensor de gestos podría servir para controlar otros dispositivos, por ejemplo una TV o las imágenes de un proyector, permitiría pagar, abrir puertas o cerraduras (gracias al sensor magnético), enviar archivos personales o servir en el futuro como identificador gracias al sensor biométrico, activar una casa domótica (el sensor de humedad podría activar de forma automática el riego).
Fuente; La Razon
