Morelia, Mich. Cerca de la ranchería Las Mesas, municipio de Coeneo, y con huellas de tortura, fue localizado el cadáver del alcalde de Nahuatzen, David Otlica Avilés, privado de la libertad esta madrugada, en su casa ubicada en la comunidad de San Isidro, de este municipio.
Se encontraba con las manos y piernas atadas y boca abajo, así como amordazado. Aún no se ha confirmado la causa de muerte.
Según testigos, Otlica Avilés fue privado de la libertad por sujetos que viajaban a bordo de una camioneta Patriot, guinda, y un Jetta rojo.
La Secretaría de Seguridad Pública informó que la búsqueda del alcalde inició horas después de que los familiares dieron parte de su desaparición.
La noche previa al secuestro, el ex perredista sostuvo una reunión con miembros del Consejo Ciudadano Indígena de Sevina, municipio de Nahuatzen, autoridad comunal que mantenía una lucha política por el control del presupuesto directo.
El vocero del Consejo Ciudadano Indígena de Nahuatzen, Efrén Avilés Rodríguez, manifestó que aunque Otlica es una “persona conflictiva” que tiene diferencias con las comunidades de Nahuatzen, Comachuén, Arantepacua y Sevina, no tienen nada que ver con el homicidio.
“Todos saben que legítimamente no ganó la presidencia municipal y además de que se ha negado a entregar las participaciones presupuestales que les corresponden a Nahuatzen (desde hace dos meses); a Sevina, a pesar de que hay una resolución y un mandato judicial y ha condicionado la entrega a Arantepacua y Comachuén. Que las autoridades investiguen y aclaren lo ocurrido”, apuntó el consejero ciudadano.
Cabe señalar que el conflicto en Nahuatzen inició desde antes de los comicios de julio del año pasado, cuando el Consejo Ciudadano Indígena impidió la instalación de casillas tanto en la cabecera municipal como en las comunidades de Arantepacua, Comachuén y parcialmente en Sevina. Para evitar conflictos mayores, el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) reconoció el triunfo de Otlica, con 20 por ciento de los votos.
Tomó posesión del cargo, en medio del conflicto, pero además se negó a entregar las participaciones económicas que las instituciones electorales y judiciales ordenaron al ayuntamiento que encabezaba, tanto a Nahuatzen como a Sevina, y condicionó la entrega a Arantepacua y Comachuén.
Incluso sólo pudo estar en palacio municipal de Nahuatzen unos días porque el Consejo Ciudadano lo expulsó de la comunidad.
La Jornada