Juan Javier Gómez Cazarín
– La semana pasada, al otro día de las elecciones de Hidalgo y Coahuila donde ganó el PRI, expresé mis puntos de vista sobre el futuro de Morena en un video que subí a redes sociales.
Entre otras cosas, dije: “… (no) esperar tanto tiempo, ya, que nos nombren a nuestro líder nacional, sea quien sea, aunque yo apoye a Muñoz Ledo, pero si es Mario Delgado, el que sea, el partido necesita tener una línea ya, el partido necesita unirse, ya, no podemos seguir esperando más tiempo.” Eso lo dije un lunes y el viernes dieron a conocer el triunfo de Mario Delgado.
Lo reitero: yo apoyo a Mario Delgado. Lo reconozco como mi líder nacional y estoy muy al pendiente de que iniciemos el trabajo político para el 2021. ¿Por qué es importante que todas y todos en Morena respaldemos a Mario Delgado? Porque quienes tenemos un auténtico compromiso con la transformación del país sabemos de la importancia de mantener la cohesión interna para consolidar los triunfos de 2018 y no dejar solo al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Todas las encuestas, todas, hasta las de algunos medios de comunicación nacionales que no nos quieren, coinciden en que Morena cuenta con una amplia aceptación ciudadana.
La lección aprendida en Hidalgo y Coahuila es que traducir esa simpatía popular en votos efectivos para la jornada electoral que ocurrirá en 223 días requiere organización, trabajo político, construcción de alianzas ciudadanas y, sobre todo, unidad.
Otra cosa que nos confirmó –porque ya lo sabíamos- es que el PRIAN tiene muchos defectos, son corruptos y mañosos, pero no son tontos. A la usanza de los carteristas, identifican la oportunidad, buscan el punto ciego, la bolsa descuidada, el señor distraído, se mueven con agilidad y, cuando te das cuenta, ya te pelaron la quincena.
Y resulta que la única oportunidad que ellos tienen es que la unidad de Morena se debilite, ofreciéndoles una pequeña grieta para meterse como la humedad. Si cerramos filas, somos impermeables.
En Veracruz, un estado altamente politizado, nuestra Legislatura ha sido un ejemplo de lo anterior. Pensamos distinto en muchos temas particulares, tenemos nuestro temperamento, a veces hasta nos hemos echado habladas, porque hay libertad, pero a la hora de la verdad, como en las buenas familias, nunca, en casi dos años, hemos permitido que la unidad se rompa.
Por eso es importante respaldar a Mario y llegar al 2021 como lo que fuimos en 2018: un movimiento capaz de encauzar la voluntad ciudadana de nunca volver al pasado de corrupción, sumisión a los intereses extranjeros y exclusión de nuestras y nuestros compatriotas más pobres.
Estoy convencido: así, Hidalgo y Coahuila no se van a repetir.
*Juan Javier Gómez Cazarín. Diputado local del Congreso de Veracruz, presidente de la Junta de Coordinación Política.