Román Culebro Martínez
– Recientemente el Banco de México (BANXICO) dio a conocer la posibilidad de fabricar un billete de dos mil pesos que podría entrar en circulación en el 2023.
Inmediatamente, en algunos medios, surgió la preocupación si acaso esa medida no alentaría la inflación o sería una forma en la cual BANXICO estuviera previendo un alza de la inflación en el futuro.
La respuesta es no.
La puesta en circulación de una nueva familia de billetes por BANXICO obedece a una planificación hecha por nuestro Banco Central desde el 2013. El plan inició con la distribución de los nuevos billetes de $500 y $200 a los cuales seguirán los de $100, de $1000 y la acuñación de una moneda de $20. Dentro de esta planeación estaría la fabricación de un billete de $2000 (aunque Alejandro Alegre, director general de Emisión de BANXICO, ha declarado que este billete solamente se pondría en circulación si los estudios lo consideran pertinente).
La fabricación y puesta en circulación de todos estos billetes no impacta a la inflación debido a que no tiene por objetivo financiar el gasto del gobierno sino realizar una sustitución ordenada del circulante monetario desgastado de la economía y dotarlo de mayores elementos de seguridad que dificulten su falsificación.
Las emisiones monetarias que desembocan en inflación han sido las que se destinan a financiar déficits públicos de gobiernos populistas y derrochadores. Es decir, cuando un gobierno no le alcanzan sus ingresos fiscales para cubrir sus gastos recurre al banco central para imprimir más dinero y así solventar su gasto. Esa emisión monetaria es la que ha generado las inflaciones más elevadas de la historia (recordemos el ejemplo de Alemania en los años 20´s, donde el gobierno alemán aumentó el número de marcos en circulación de 22 billones a 400 trillones y desembocó en una de las peores hiperinflaciones de todos los tiempos, donde los precios de las cosas aumentaban en el transcurso de horas).
Es por ello que la mayor parte de los bancos centrales del mundo son ahora autónomos, es decir son organismos que toman decisiones de política monetaria independientes del gobierno. De esta forma se garantiza que los bancos centrales no sean usados como «maquinita de hacer billetes» para financiar los gastos de los gobiernos.
En el caso de nuestro país, el gobierno mexicano ha mantenido una disciplina en su gasto y no tiene déficits públicos (de hecho se tiene lo contrario: un superávit). Adicionalmente, tenemos un Banco Central que por mandato constitucional, desde los años 90`s, es autónomo y que tiene por objetivo central combatir la inflación y mantenerla en un nivel del 3% (más/menos un punto porcentual) al año.
Y es precisamente, debido al adecuado manejo de la política monetaria de nuestro banco central (aunado al buen manejo de las finanzas públicas por parte del gobierno) lo que ha llevado a que la inflación en México durante el mes de agosto se situara en 3.16% (el nivel más bajo en tres años).
No es entonces en la fabricación planeada de nuevos billetes donde debemos buscar razones para preocuparnos de un aumento de la inflación, sino en el desempeño de las finanzas del gobierno y la política monetaria de BANXICO.
Fuente: Coatza Digital