Brasil.- La muerte del animal ha generado indignación en redes sociales, pues los usuarios han señalado que su muerte resultó sumamente injusta.
Ana Julia fue descubierta hace poco y se posicionó como la serpiente más larga del mundo, sin embargo, el ejemplar fue asesinado por cazadores en la selva amazónica de Brasil, donde habitaba.
El cadáver de Ana Julia fue localizado en el río Formoso, en una zona llamada Bonito, perteneciente al estado de Mato Grosso do Sul; dicho espacio se sitúa al sur del citado país. La famosa anaconda medía 8 metros de largo.
El animal fue descubierto por un grupo de biólogos que la encontraron en febrero y consideraron que pertenecía a una especie diferente por su ADN, el cual tenía una diferencia de 5.5 en comparación con otras anacondas.
El profesor biólogo Freek Vonk, quien nadó junto a ella, dio a conocer la triste noticia en su cuenta de Instagram, donde reveló la gran pérdida que significa la muerte de Ana Julia, un ejemplar único que acababa de ser hallado y hoy murió por la mano humana.
«Con mucho dolor en mi corazón, me gustaría informarles que la enorme anaconda con la que nadé fue encontrada muerta en el río. He oído por varias fuentes que fue asesinada a tiros, aunque todavía no hay confirmación oficial sobre la causa de la muerte».
Puntualizó lo mucho que sufría la muerte de la serpiente y tachó la agresión como un acto horrible, así como cobarde pues se trataba de un animal sumamente especial; el experto cree que podría haber descendencia.
«Estoy tan triste y tan enojado al mismo tiempo. ¿Qué tan enfermo tienes que estar para hacerle esto a un animal tan hermoso y único? Hasta donde sabemos, ella estaba súper sana y todavía estaba en la flor de su vida, por lo que podría haber tenido muchos descendientes en los años venideros».
El hombre acotó que su muerte significaba un vacío enorme para la diversidad debido a que no existen tantos ejemplares como Ana Julia, quien tenía un tamaño gigante, el cual calificó como colosal.
«Como no hay muchas de estas colosales serpientes gigantes nadando por ahí, el golpe a la biodiversidad es enorme. Era la serpiente más grande que jamás había visto con mis propios ojos».
El científico cree que haber conocido a Ana Julia marcó un ‘antes y después’ en su carrera como experto del tema, especialmente por la convivencia cercana que pudieron tener en su momento.
Fuente: MILENIO