Yamiri Rodríguez Madrid
– Como si no fuese suficiente ocupar los primeros lugares nacionales en ejecuciones, feminicidios y secuestros, las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ubican al estado de Veracruz como el líder nacional en pobreza.
Tristemente, una entidad tan rica en recursos naturales, en una sola década disparó el número de pobres: de 51.2 por ciento del total de su población, en 2008, que ya de por si era una cifra bastante escandalosa, hasta 61.8 por ciento el año pasado.
Somos poco más de 8 millones de habitantes en este punto del sureste mexicanos y más de la mitad tiene severos problemas para tener tres comidas sobre su mesa diariamente; para tener un techo digno y seguro, educación, salud. Y eso que ni siquiera estamos hablando de lo riesgoso que ya resulta, para cualquier clase social, vivir en este estado, porque la violencia también se fue por las nubes en cuestión de una década.
De acuerdo con las cifras oficiales presentadas este lunes, en 2008, siendo gobernador el priista Fidel Herrera Beltrán, 51.2 por ciento de los veracruzanos eran pobres, a secas, ya sin meternos en la pobreza extrema. En el inicio del sexenio del también priista, Javier Duarte de Ochoa, en 2010, la cifra se disparó a 57.6 por ciento. Dos años después, en 2012, se logró una disminución de 52.6 aunque para 2014 se volvió a elevar a 58 por ciento y a 62.2 para finales de su sexenio.
El panista Miguel Ángel Yunes logró en su bienio una ligera disminución a 61.8 por ciento, aunque la pobreza extrema se le salió de control. Es decir, en 10 años más de 1 millón 200 mil veracruzanos cayeron en la pobreza.
Más duelen e indignan dichas condiciones de precariedad cuando es tiro por viaje los escándalos de corrupción y desvío de recursos, particularmente en esa década. Todo un reto para este nuevo gobierno intentar revertir esas cifras y sacar a Veracruz de nuestra miseria.
Fuente: Coatza Digital