Yamiri Rodríguez Madrid
– Desde hace muchos años, la gran mayoría de los ayuntamientos veracruzanos dejó de planear la construcción de panteones municipales, debido al alto monto de inversión que requieren y a la falta de espacios para desarrollarlos.
Así, municipios como Xalapa enfrentan un severo problema al escasear los espacios en los pocos panteones, pues muchas de las bóvedas se daban a cien años o a perpetuidad. De ahí que muchos familiares estén obligados a recurrir a los panteones particulares, lo que representa un alto costo para sus bolsillos. Sin embargo, debido al crecimiento exponencial de la población veracruzana, ya hasta ellos están comenzando a llenar sus espacios.
Si bien se intenta hacer conciencia en los beneficios de la cremación, hay quienes por credo o por costumbre, se rehúsan y necesitan enterrar a los suyos. No es problema éste para municipios pequeños, pero sí para los que concentran la mayor cantidad de habitantes pues, incluso, muchos de los campos santos ya quedaron ubicados en pleno centro o colindantes con colonias y fraccionamiento, como el Panteón Xalapeño o Palo Verde: hace muchos años, tras una severa lluvia, el terreno de este último comenzó a deslavarse y las tumbas casi fueron a dar a la avenida Murillo Vidal.
Coatepec, vecino de la capital veracruzana, fue uno de los últimos que intentó hacer un nuevo panteón, en administraciones pasadas, con apoyo de estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana (UV). Aquí en Xalapa el tema se ha puesto sobre la mesa en reiteradas ocasiones, pero no alcanza el presupuesto para financiarlo en un año, además de que hay oposición de vecinos para que ahí se construyan, como alguna vez se intentó hacer hacia la 6 de enero. También hubo resistencia a la construcción de un crematorio por temor a la contaminación.
Lo cierto es que diario, por causas naturales u homicidios, las personas mueren y necesitan ser sepultadas o cremadas, por lo que es un tema de urgencia social que necesita ser atendido de manera conjunta entre municipios y estado. Los muertos no votan, pero necesitan un espacio digno como morada final.
Fuente: Coatza Digital
