Yamiri Rodríguez Madrid
Un tema que estremeció a la sociedad veracruzana fue el de Don Ramón Merino, ex militar, ya de edad que mató el pasado 11 de diciembre, en Acultzingo, a uno de los presuntos secuestradores de su hijo, hecho que ocurrió unos días antes, el domingo 8.
Ese punto de la zona centro de la entidad ha estado azotada, en los últimos años, por la delincuencia y el crimen: maestros rurales que trabajan en toda la región de la zona de Zongolica son secuestrados por 5 o 10 mil pesos, sin que a la fecha se haya podido poner un alto, más que el paliativo de un oficial que los acompañe en sus trayectos a la hora de entrada y de salida. Por eso Don Ramón actuó en defensa propia al hacer uso de su rifle.
Fue tanta la indignación que causó su detención que los pobladores incluso bloquearon la carretera federal Orizaba-Tehuacán para exigir a las autoridades su liberación del penal de Zongolica. Las redes sociales se activaron y, en cuestión de unas horas, era ya tendencia nacional, por lo que el juez tuvo que cambiar el delito que se le imputaba a homicidio en riña, para liberarlo y cumplir el plazo de tres meses que sentencia la ley en su domicilio.
El caso de Don Ramón es el de muchos veracruzanos que, durante años, han vivido en la angustia y desesperación al ver la pasividad e indiferencia de las autoridades para actuar ante el combate al crimen, o peor aún, que muchos están coludidos, por eso prefieren armarse y actuar en defensa propia en caso de ser necesario.
No se aplaude la conducta, ni se alienta a que en cada casa haya un arma, pero los años han pasado, la delincuencia se ha afianzado y, las y los veracruzanos se sienten solos y vulnerables. Ojalá no existieran más historias como las de Don Ramón y regresáramos a los tiempos donde vivíamos en un Veracruz seguro.
@YamiriRodriguez
Fuente: Coatza Digital