Anahi Ruiz
Cada 1 de mayo celebramos el día internacional del trabajo y en nuestros días, más que una celebración, la fecha debe servir para reflexionar sobre las condiciones en las que nos encontramos la mayoría de los mexicanos en este aspecto.
Y es que hasta hace algunas décadas, bastaba con estudiar una carrera que nos permitiera encontrar un empleo fijo en el cual durar al menos 30 años para luego poder jubilarnos. La estabilidad laboral, se pensaba justo en función de encontrar un trabajo ideal con las prestaciones de ley que amparara también a la familia del trabajador y les resolviera las necesidades fundamentales.
Dentro de estas comodidades a las que se aspiraba estuvieron incluso los beneficios sindicales, logros a base acuerdos y lucha, precisamente como aquellos que incentivaron la creación de este día con el espíritu de lograr para todos los trabajadores la reivindicación de sus derechos sociales y la garantía de una vida digna a través del trabajo.
La realidad es que ya no es así. La sociedad ha cambiado, la población de México ha envejecido y los intereses de las nuevas generaciones son hoy muy distintos, hoy para un millenial, centenial y posteriores resulta incomprensible dedicar 8 horas diarias o más, seis días a la semana a la misma actividad o a la misma empresa o institución por 25 o 30 años.
De hecho, según algunos estudios los integrantes de la generación llamada millenial es decir, personas nacidas a finales de los 80’s y principios de los 90’s duran en promedio 3 años en una organización, y entre más jóvenes son los trabajadores, menor es el tiempo de movilidad, este fenómeno se integra a la alternativa de emprender, lo cual pese a toda dificultad, compagina más con los ideales laborales de las nuevas generaciones.
Lo anterior hace indispensable una planeación financiera desde el momento en el que nos convertimos legalmente en adultos, en nuestro caso, desde los 18 años. Dado que desde esa edad somos sujetos de obligaciones fiscales es también desde esa edad que tenemos que pensar en nuestro futuro, la construcción de patrimonio, la seguridad de recibir servicios de salud de calidad y por supuesto la sustentabilidad económica.
En resumen, nuestras condiciones laborales, como nuestros objetivos son muy distintos a los de las generaciones que nos preceden. Por lo tanto el reto de Educarnos en materia financiera y actuar en consecuencia es aún mayor.
Soy Anahí Ruiz y para conocer más sobre educación y planeación financiera los invito a seguirme en Facebook como @ARFinanzasPersonales y en Instagran como AR.FinanzasPersonales.
¡Hasta la próxima!