Coatzacoalcos, Veracruz.
Redacción/Coatza Digital
En la época dorada del PRI, era una regla no escrita que los militantes que ya habían ocupado cargos, no se aparecieran en las campañas de un nuevo candidato para no “robarle cámaras”, sobre todo si el ex funcionario se convirtió en algún momento, en una especie de monstruo sagrado.
El ostracismo fue una práctica muy socorrida en el PRI para alejarse a los viejos funcionarios, a los que les sobraba cola y los que pudieran representar un peligro para las aspiraciones del nuevo funcionario.
Hoy, en medio del descrédito total, los candidatos de una alianza anti natura, que en los tiempos de gloria del tricolor era imposible, no pudieron sumar ni quiera las ganas de sus militantes y ven con gran desesperación como lo que queda de los institutos integrantes, se hunde irremediablemente.
Entonces, a alguien se le ocurrió que sería buena idea sacar a la luz los cadáveres políticos que en algún tiempo brillaron para ver si el recuerdo puede acarrearles algunos votos.
Ya quisieron hacerlo con Gloria Rasgado en el PRD y fue un desastre; ahora pretenden que Marcelo Montiel les salve el pellejo a los desgastados candidatos del PRIAN, sacuden al otrora líder del priismo en Coatzacoalcos para que con aquella aura verde que hipnotizó a muchos coatzacoalquenses, pueda atraerles algunas simpatías.
Lo que un día fue, no será; muchos destacados personajes que fueran parte fundamental del equipo de Marcelo, se pasaron a Morena, ahí andan Marcos Theurel, Joaquín Caballero y otros que no congeniaron con Montiel como Gonzalo Guízar y Mónica Robles, también suspiran por los cargos en el ahora partido poderoso.
Las condiciones en que se encuentran ahora los partidos que integran la alianza anti natura, son el resultado de las acciones de aquellos que ocuparon el poder en ese pasado inmediato; así que traerlos al presente solo sacudirá la memoria y la gente podrá darse cuenta quienes son los responsables del abandono de la ciudad, de la enorme deuda que dejaron en aquellos gloriosos tiempos, cuando ya el partidazo comenzaba a tambalearse a causa del fiasco de los gobiernos neoliberales.
Ya lo pasado, pasado, no le interesa a nadie. Miles de jóvenes que no conocieron la época dorada de los que ahora compiten en el PRIAN, votarán el dos de junio y un zombi no los convencerá.
