Dulce Olvera

– Ciudad de México.– La relación entre México y Estados Unidos con respecto a la industria automotriz está al borde de impactarse por una iniciativa legislativa, que, de aprobarse, afectará la exportación mexicana de vehículos eléctricos, un factor que se sumaría a la crisis que ya atraviesa el sector por la escasez mundial de semiconductores.

México ha optado por ensamblar este tipo de vehículos. Desde noviembre de 2020 la planta de Ford en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, fabrica el auto eléctrico Mustang Mach-E y en abril de este año General Motors anunció que está invirtiendo mil millones de dólares para fabricar desde 2023 autos eléctricos y baterías en su complejo en Ramos Arizpe, Coahuila.

Sin embargo, el Gobierno de Joe Biden busca dar hasta 12 mil 500 dólares de estímulos fiscales para adquirir automóviles eléctricos, siempre y cuando sean fabricados en territorio estadounidense con mano sindicalizada. Una iniciativa que se discutirá en el Senado de EU la próxima semana y que —a decir de la Secretaría de Economía y la industria— “discrimina” y pone “en desventaja” a las exportaciones mexicanas de esos vehículos eléctricos y otras futuras inversiones, lo que a su vez “viola” al T-MEC y los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

“No veo una guerra comercial como tal ni esperamos que así sea”, dijo a SinEmbargo el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), José Zozaya. “Los gobiernos deben incentivar el cambio a esta nueva tecnología y motivar la compra con este tipo de estímulos, pero lo que no es bueno es que incentive la compra sólo de aquellos vehículos fabricados en Estados Unidos; ahí es donde está la discriminación”.

El sector automotriz es clave para la economía mexicana: representa cerca del 4 por ciento del PIB nacional, más del 25 por ciento de las exportaciones, un millón de empleos directos, así como el 13.3 por ciento de Inversión Extranjera Directa (IED).

Zozaya expuso que lo “más preocupante” y “dañino” es que de continuar con esta medida se puede cambiar la tendencia de la inversión de algunas empresas en el país, es decir, que las que están planeando establecerse para fabricar autopartes o autos “empiecen a reemplantearse y lo hagan mejor en Estados Unidos para aprovechar los estímulos”.

Para evitarlo, el Gobierno mexicano y el sector están cabildeando con los congresistas norteamericanos. Pero la Secretaria de Economía Tatiana Clouthier advirtió que de aprobarse la iniciativa en los siguientes días, se recurrirá a una imposición de aranceles a su socio comercial o a instrumentos legales como “regalo de Navidad” o de Reyes, una tensión que asemeja a la crítica de legisladores y la Embajada estadounidense entorno a la propuesta de la Reforma Eléctrica por atropellar el acuerdo trilateral.

“En caso de que la propuesta se apruebe y se instrumenten los créditos fiscales, México recurrirá a los instrumentos legales que tiene a su disposición para hacer valer nuestros derechos”, advirtió la semana pasada en rueda de prensa Clouthier.

En este marco, el mes pasado la producción (-20.25 por ciento) y exportación (-16.46 por ciento) de vehículos ligeros sufrieron su quinta reducción consecutiva a doble dígito respecto al mismo mes de 2020, derivado de la escasez de microchips y otros componentes eléctricos que está provocando paros técnicos en las plantas. Se trata de las mayores caídas para un noviembre al menos desde que se tiene registro previo a la crisis internacional de 2009.

Fuente: Sin Embargo

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