Andrea Vega

– Ciudad Madero, Tamaulipas.- Dos hospitales regionales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicados en Jalisco y Tamaulipas, adquirieron más de 120 cajas de medicamentos falsificados que fueron surtidos a pacientes con padecimientos renales y artritis reumatoide. Entre dichos pacientes se encuentra un menor de nueve años, quien presentó efectos secundarios. 

Documentos a los que Animal Político tuvo acceso, datos oficiales y testimonios directos de pacientes revelan que, en 2021 y 2022, el Hospital General Regional 6 de Ciudad Madero, Tamaulipas, y el Hospital General Regional 110 de Guadalajara, Jalisco, entregaron los medicamentos falsos y, al menos en un caso, la sustancia que contenía el frasco era agua. 

La dirección general del IMSS confirmó a este medio que conoce los casos y ha presentado las denuncias correspondientes, por lo que ya hay investigaciones administrativas y penales en curso. 

 

La Fiscalía General de la República (FGR) tiene una carpeta de investigación abierta. Además, el IMSS señaló que en Jalisco ubicó a los pacientes que recibieron los medicamentos sospechosos y se los reemplazó. Las piezas apócrifas fueron adquiridas de forma emergente por los centros de salud regionales, ante la necesidad inmediata de abastecer esos fármacos.

En el caso de Tamaulipas, este medio pudo comprobar que el proveedor responsable de la entrega del medicamento que resultó ser agua fue la empresa Comercial y Distribuidora Fobre, la cual, aunque fue constituida apenas en noviembre de 2020, suma 35 contratos —la mayoría por adjudicación directa— para abastecer de medicamentos a hospitales del instituto. 

Este medio intentó contactar a dicho proveedor para conocer un posicionamiento, pero el mismo carece de sitio web, teléfono o un correo electrónico oficial. Se envió un correo a la dirección personal del administrador único, Álvaro Obregón Fosado, sin que hasta la fecha se haya recibido respuesta.

 

EL CASO TAMAULIPAS

El 23 de marzo de 2022, llamaron a Karla Mendoza para que pasara al Hospital General Regional 6 en Ciudad Madero a recoger el medicamento que debían dar vía intravenosa a su hijo, quien padece una forma de artritis desde los cuatro años. 

La madre de Karla acudió a la farmacia del hospital por el fármaco. La señora salió con cuatro cajas de RoActemra de 200 mg/10mL, lote B2096B06. Karla mandó una de las cajas recibidas al laboratorio Roche para su análisis, porque en febrero de 2022, cuando le suministraron la dosis de ese mes al menor, tuvo una reacción adversa que no había tenido en cinco años de tratamiento. El niño padeció dolor de cabeza, mareo, vómito y fiebre. 

La respuesta de la farmacéutica, a través de un oficio del que Animal Político tiene copia, fue —tras los análisis químicos correspondientes— que el medicamento que le estaban entregando para suministrarle a su hijo era agua

Pero este no es un caso aislado. Incluso la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha emitido alertas sanitarias, como una de octubre de 2020 por la falsificación del medicamento Actemra-Tocilizumab, que no tiene permiso para circular en México. 

La Cofepris también emitió una alerta el 7 de agosto de 2020, por la presunta falsificación del fármaco RoActemra, lotes B2080B04,  B2096B03 y B2078B01. RoActemra es lo mismo que Actemra, pero sí tiene permiso para circular en el país. 

A Karla se le encendieron las alarmas. Un conocido le recomendó que pidiera al laboratorio fabricante del fármaco que le dijera si lo que le habían dado a su hijo era un medicamento original o no. Mendoza no tenía los frascos del fármaco, puesto que ya los habían usado y desechado en el hospital. Solo se quedó con una fotografía del empaque, que su madre le envió antes de que le colocarán el producto al niño. 

Karla mandó esa imagen a Roche y la respuesta del laboratorio fue que no reconocían la caja del fármaco como la original. La madre pidió a la dirección del Hospital General Regional 6 que le proporcionarán el nombre del lote, pero la respuesta, vía correo electrónico, fue que todas las cajas se habían desechado y no se conservaba registro del medicamento usado con el menor. 

Con este antecedente fue que la siguiente vez que le dieron el fármaco a su madre, Karla tomó una de las cajas y la envió al laboratorio para su análisis. Ahí fue cuando los estudios concluyeron que, de haberle suministrado ese fármaco al niño, le habrían dado agua.

Karla ingresó quejas por estos hechos ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Cofepris y la Secretaría de la Función Pública (SFP). Dichas quejas están bajo investigación en curso.

EL CASO JALISCO

Blanca Arriola, representante del Colectivo de Pacientes Renales Todos Somos Uno, que se dedica a apoyar a enfermos renales que se atienden en el IMSS, recibió, para el banco de medicamentos de la AC, una donación de un paciente que ya no iba a usar el fármaco Tacrolimus (Limustin), del laboratorio Landsteiner, lote 120J0121, y que salió de la farmacia del Hospital 110.  

Arriola ya había tenido una mala experiencia con este fármaco. En enero de 2021, compraron en una farmacia piezas para donarlas a personas con trasplante renal, pero una alerta sanitaria les hizo contactar con el laboratorio y pedirle que examinara los medicamentos. La respuesta del Landsteiner fue que no reconocía el producto y que era falso. 

Cuando Arriola recibió para su banco de medicamentos la donación de este fármaco que le habían dado al donante el 13 de agosto de 2021 en Guadalajara, decidió también pedir al laboratorio que lo revisara. La respuesta de Landsteiner otra vez fue que era falso. 

Tacrolimus se usa junto con otros medicamentos para prevenir el rechazo del órgano en personas que han recibido un trasplante. En este caso de falsificación, Arriola ingresó queja ante el IMSS y ante la Cofepris. 

Animal Político también solicitó en este caso saber qué había sucedido en el Hospital 110 y a quién se le había comprado el medicamento. El IMSS respondió, en una tarjeta informativa, que derivado de una compra emergente el hospital realizó la adquisición de 120 piezas del fármaco Tacrolimus del laboratorio Landsteiner, lote 120J0121, registro 532M2005 SSA.

“Ante la sospecha de haber sido abastecidos por dicho proveedor con medicamentos apócrifos, el IMSS notificó de manera inmediata a los pacientes a quienes se entregó el fármaco, aseguró las piezas identificadas en el lote y resurtió las recetas, para que continuaran con su tratamiento”, señaló.  

Por estos hechos, informó el IMSS, la dependencia federal promovió un proceso de investigación administrativa interna. Asimismo, presentó una denuncia ante la FGR, cuya indagatoria se encuentra en fase de integración.

Arriola asegura que, en efecto, el IMSS le pidió a los pacientes que regresaran el fármaco para cambiárselos por otra marca, pero ellos se quedaron con 10 cápsulas para enviarlas a analizar al laboratorio. 

En este caso, el IMSS se negó a proporcionar el nombre del proveedor al que se compró el medicamento, argumentando que hay una investigación en curso ante el Ministerio Público. 

Sin embargo, Landsteiner no compartió con la asociación la información de qué sustancia era el medicamento falsificado; solo corroboró que era falso. La compañía tampoco quiso hacer ningún comentario a este portal respecto de la falsificación de sus medicamentos.

Fuente: Animal Político

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