Los Ángeles, E.U. — El Dolby Theatre de Los Ángeles ha vuelto a convertirse un año más en la Santa Sede del séptimo arte. Otra vez la alfombra roja, los trajes elegantes, los discursos de agradecimiento, las sonrisas y las lágrimas de emoción, presuntamente que acompañan cada edición de los premios más laureados del cine.

Bien es cierto que ningún calendario copia al anterior y que todos gozan de una saludable y variada cartelera de nominados que han hecho las delicias de los telespectadores, en términos generales, y, concretamente, de la Academia. Pero el 2023 ha sido tan fructífero que tan solo se podía esperar de la 96ª edición de los Premios Oscar que elevase un poco más el listón.

El fenómeno Barbenheimer copó taquillas, periódicos, redes sociales y cualquier manifiesto de actividad humana. De hecho, de los ingresos en las salas de cine generados por las 10 nominadas en esta categoría, el 88% corresponde a la suma de lo recaudado por Barbie y Oppenheimer (casi 1.100 millones de dólares). Todo apuntaba a que una de las dos iba a triunfar. Y así ha sido. Oppenheimer se ha llevado el Oscar a Mejor Película, dejando al ateneo de la sala roto en aplausos y culminando una gala para el recuerdo.

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Quedaban pocos escépticos que pusieran en duda el final de esta edición. La cinta dirigida por Christopher Nolan aspiraba a la friolera de 13 candidaturas, entre ellas las de Mejor Dirección para el citado cineasta, Mejor Actor (Cillian Murphy), Mejor Actriz de Reparto (Emily Blunt) y Mejor Actor de Reparto (Robert Downey Jr.). Para que se haga una idea el lector, tenía el mismo número de nominaciones que Lo que el viento se llevó en 1939 y que Forrest Gump en 1994; tan solo era aventajada por la Triple Entente de HollywoodTitanic (1997), Eva al desnudo (1950) y La La Land (2016), cada una con 14. Vamos, que Nolan ha estado a una candidatura de igualar el récord histórico.

Se quedase a las que se quedase, está más que justificado que va a ser difícil borrar esta película de la retina de uno mismo. La cinta es una lección de cómo realizar un biopic: tres horas bastan, no sobran, para contar la vida del Prometeo americano, el físico teórico que se escondía detrás del Proyecto Manhattan, el ideólogo de la bomba atómica. Julius Robert Oppenheimer.

Se concibe la película en dos líneas temporales; se intercalan escenas de un presente en blanco y negro, un mundo heredero del desastre cuya capacidad para juzgar se muestra difusa en comparación con la alta potestad que tiene para hacerlo, con un pasado a color en el que se entiende al físico y donde se muestran sin filtro sus amores y sus pasiones, sus miedos y sus debilidades. La creación de un personaje y lo que queda después de haberlo deconstruido.

Fuente: tk tikitakas

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