Anahí Ruiz
Definir la temporalidad de nuestras metas financieras es importante porque es el primer paso para elegir la herramienta financiera adecuada para ayudarnos a cumplirlas. Existen metas a corto, mediano y largo plazo.

Hablamos de CORTO PLAZO cuando requerimos capitalizarnos para planes que tenemos el mismo año o dentro de los próximos cinco años, para este tipo de metas podemos utilizar herramientas que nos generen liquidez casi inmediata y cuyos rendimientos se puedan observar a corto plazo. Debemos ser conscientes de que en cuestión de inversiones, el tiempo es un factor clave, por lo tanto, entre más tiempo tengas para invertir, mejor será el resultado, y en el caso del corto plazo no perdamos de vista que el tiempo puede impactar en el porcentaje de rendimiento deseado. Para ello tenemos herramientas como Cetes directo a 28 días, 3 meses, 6 meses, uno o dos años; también existen fondos de inversión en casas de bolsa que con plazos cortos o incluso (aunque no muy atractivos) algunos pagarés bancarios.

El MEDIANO PLAZO implica metas financieras de entre 5 y 18 años. Aquí nos encontramos con la planeación de los estudios universitarios de nuestros hijos pequeños o el pago de una hipoteca por medio de depósito a capital mucho antes del tiempo pactado, capital para el arranque de un negocio, etc. En estos casos, existen herramientas financieras como las Cuentas de Ahorro con inversión (CAI), los planes de ahorro e inversión para la educación y la renta variable a través de la compra de Fondos indexados o ETF’s en casas de bolsa. En este tipo de herramientas financieras ya vale la pena analizar extras como los beneficios fiscales que puedes obtener al ahorrar e invertir en ellos y por supuesto adecuar plazos para tener disponibles tus recursos cuando los necesites.

El LARGO PLAZO es uno de los más importantes pero poco recurridos plazos de ahorro e inversión. El retiro es uno de los mejores ejemplos ya que idealmente se debe planear al menos con un par de décadas de anticipación aunque lo ideal es hacerlo desde el inicio de la vida laboral, para este tipo de metas existen instrumentos especializados como los Planes Personales para el Retiro (PPR), Cuentas de Ahorro con Inversión o Cuentas Especiales de Ahorros que además de generar el crecimiento de tu dinero te ofrecen beneficios fiscales que multiplican tu inversión; también hay quienes recurren a los fondos a largo plazo en renta variable por medio de las casas de bolsa o en renta fija existen Bonos gubernamentales con plazos de hasta 30 años; aquí vale la pena recordar que en cuestión de inversiones entre más largo el plazo mejores son los rendimentos.

Moraleja: Tener clara la temporalidad de nuestras metas financieras evitará que pretendamos utilizar inversiones a largo plazo como un PPR para pagar las vacaciones de verano o que ahorremos en Cetes a 28 días para la universidad del bebé sin ver buenos resultados.

Yo soy Anahi Ruiz, Asesora en Finanzas Personales. Si quieres saber más sobre estos temas te invito a seguirme en redes sociales como @ARFianzasPersonales o si necesitas una asesoría personalizada agenda al WhatsApp 9211195906.
¡Hasta la próxima!

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