Osvaldo Antonio Sotelo
-Coatzacoalcos, Ver. -Una pequeña llama se vuelve a encender en el “Caballo Blanco”, club nocturno de Coatzacoalcos en donde hace un mes ocurrió el incendio que cobró la vida de 31 personas.
El fuego en esta ocasión no hace daño a nadie, solo sirve para encender una de las cinco veladoras que son colocadas sobre la calle Román Marín, a las afueras del bar.
“Dios te bendiga mi madre, donde quiera que estés”, dice América del Carmen Gómez Zúñiga frente a la puerta del table dance, después de orar por el eterno descanso de su hija Xóchilt Nayeli Irineo Gómez.
Su hija se ganaba la vida como bailarina en el club nocturno y dejó en orfandad a dos pequeños, los cuales ahora quedaron bajo su cuidado.
“Mis niños están mal, sobre todo el pequeño de 7 años está muy triste, el niño de repente está jugando y se le escurren sus lágrimas”, contó América.
Como el resto de las familias de las víctimas todavía no cierran las heridas, simplemente porque no se ha hecho justicia, ni tampoco hay detenidos a cuatro semanas del atentado.
“Nosotros pagamos pasaje para ir a la fiscalía, incluso las pertenencias de nuestros familiares no las han devuelto, ojalá no haya carpetazo”, confesó.
A quienes cometieron la matanza, ella solo dice que Dios les bendiga y perdone, porque tarde o temprano tendrán que pagar por sus actos.
“DEJEN DE LASTIMAR A GENTE INOCENTE”: PADRE DE UNA DE LAS VICTIMAS
Pedro Ricardo García López perdió dos cosas el 27 de agosto, primero su vida y segundo la oportunidad de conocer a su hijo.
Esa noche, este trabajador portuario solo había salido a divertirse como muchos otros clientes que esa noche habían abarrotado el table dance.
Se encontraba con unos amigos, cuando el local fue incendiado por unos tipos que buscaban el pago de una cuota de extorsión.
“Que dejen de lastimar a gente inocente, que no tiene nada ver con su negocio”, es el mensaje que envía Pedro García Cruz, hacia los responsables de este ataque.
Apenas el pasado 20 de septiembre, fue cuando nació el nuevo integrante de la familia García López.
Además, el pequeño se llamará como su padre y así honrará su memoria, cuenta este hombre, quien tiene una semana de convertirse en abuelo.
Antes de terminar con la ceremonia luctuosa, se despiden los familiares de la victimas con el “Padre Nuestro” y pedir solo una cosa, que llegue pronto la justicia.
Fuente: Coatza Digital
