María Elvira Santamaría Hernández.

– Magnífico el vistoso desfile del 20 de noviembre. Ahora, aparte de este elaborado recorrido revolucionario en el centro histórico de la Ciudad de México, pasemos a algo primordial: preguntémonos cómo será el voto de nuestros diputados, a la hora de aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación, el cual debió quedar listo el pasado día 15 de noviembre, pero aún los legisladores no lo resuelven.

Allí quedará establecido el gasto que hará el gobierno en los diferentes rubros de la vida nacional. Allí se decidirá la forma en que se utilizará el dinero que producen los mexicanos que trabajan.

Eso es de lo más trascendental y repercutirá en nuestra vida diaria durante el próximo año. Qué impuestos habrá, qué programas sociales se apoyarán. Cuánto se destinará para la salud de los mexicanos, sus hospitales, clínicas y centros de salud; sus medicamentos, equipamiento y personal médico y de enfermería.

De cuánto será el presupuesto para educación preescolar, primaria, secundaria, de preparatorias, tecnológicos y universidades públicas. ¿Quién de nosotros realmente se ha interesado en saber cuánto dinero canalizarán para detener el avance de la delincuencia y la inseguridad que vivimos? ¿Cuántos recursos recibirán los municipios, como Minatitlan, Acayucan, Coatzacoalcos, Nanchital, Las Choapas, etc., para obras de infraestructura y para saneamiento ambiental por ejemplo?

Nos enfrascamos en nuestros problemas cotidianos, es comprensible; y luego también nos limitamos a escuchar algunas noticias y declaraciones que generalmente tienen noventa por ciento de ‘rollo’ y pocos datos precisos y concretos. La mayoría de nuestros representantes en el gobierno obedecen más las consignas de sus líderes de partidos que la voluntad de la gente, la que, lógicamente rara vez está debidamente informada.

Por ello esta inercia tiene que cambiar, tenemos que cuestionar a los diputados y senadores que dicen representarnos, para que realmente lo hagan; que no debiliten instituciones como lo hicieron con la CNDH, que no empobrezcan sectores tan importantes como los de salud y educación reduciéndoles el presupuesto, que no dejen morir programas efectivos como dejaron extinguir el de las estancias infantiles, que sean en resumen, NUESTRO Poder Legislativo y no sólo el de una corriente política.

Hasta pronto.

María Elvira Santamaría Hernández.

Fuente: Coatza Digital

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