Anahí Ruiz

Cuando era joven (más joven), ya tenía el hábito del ahorro gracias a las enseñanzas en casa, ya estaba fuera de la universidad y comenzaba a sentir de verdad lo que es la vida adulta llena de pagos, cobros, compromisos y necesidades que cubrir por cuenta propia; aun así las preocupaciones no eran tantas y la conciencia financiera a futuro aún no se me presentaba.

Como a la gran mayoría de los mexicanos, yo tampoco tuve dentro de la currícula educativa algún tipo de Educación Financiera que me enseñara previo a la vida laboral ¿Qué demonios hacer con el dinero cuando uno ya comienza a ganarlo? Por lo tanto siguiendo mi instinto guardaba el dinero ahorrado en el banco y cuando después de ahorrar sobraba algo, lo consideraba un permiso para gastar en cosas de las que hoy ni me acuerdo. Y aunque la ignorancia no exime de la responsabilidad, la gran lección es que: ESE HABRÍA SIDO UN GRAN MOMENTO PARA COMENZAR A INVERTIR.

El tiempo pasa, la vida cambia las responsabilidades crecen, sin embargo la vorágine del día a día muchas veces no nos deja energía para pensar en plazos largos o medianos más allá de los que lo cotidiano nos propone. Pensamos en temporadas o en eventos (la época decembrina, vacaciones de primavera o verano, cumpleaños, etc…) hasta que algo o alguien nos sacude y nos obliga a ver más hacia adelante.

Así que fue hasta que formé una familia y tuve a mi primer hija cuando pensé en los “¿Y si…?”. ¿Y si nos pasa algo y llegamos a faltarle? ¿Y si nos enfermamos? ¿Y si se enferma la bebé? ¿Y si nos quedamos sin empleo? ¿Y si llega a la universidad y no tengo dinero?

Y a veces cuando las dudas asaltan, la certeza se convierte en tu mejor amiga. Así fue como contraté mi primer Producto Financiero (un seguro educativo para la universidad), cabe destacar que en ese momento me dedicaba a otro ramo que no tenía que ver nada con finanzas, pero fue gracias a que alguien a quien ya le había funcionado ese producto financiero pensó en mí y en mi familia y me refirió con su Asesora de seguros que comencé primero a escuchar, luego abrir la mente y ver que sí podemos comenzar a tomar parte del futuro y finalmente a actuar en consecuencia.

Hoy miro hacia atrás y veo que vamos avanzando, no todas las épocas han sido buenas porque así es esto de vivir, pero el trabajo constante ha sido la bendición que ha permitido seguir construyendo desde hoy el futuro que queremos, pues la única certeza es que –estés o no- el mañana siempre llega y qué mejor que recibirlo preparados.

Yo soy Anahí Ruiz. Asesora en Finanzas Personales. Te invito a seguirme en redes sociales como @ARFinanzasPersonales para aprender más sobre estos temas y construir juntos el mejor camino hacia tus metas financieras.
¡Hasta la próxima!

VER TAMBIÉN

Invertir como los grandes.

Anahí Ruiz Durante mi labor como Asesora Financiera he tenido la oportunidad de platicar c…