Anahí Ruiz
En México somos poco más de 64 millones 500 mil mujeres, tres millones más que el número de hombres. De ellas, aproximadamente 33 millones tienen entre 18 y 70 años, pero solo el 42.6% de éste último sector tiene una cuenta de ahorro a su nombre en cualquiera de los bancos que funcionan en nuestro país, en el marco del próximo día de la mujer aquí un resumen de cómo andamos.

Como mencionaba, de los 64 millones de Mexicanas que somos, sólo 14 millones aproximadamente somos titulares de una cuenta bancaria. Una cifra que se queda muy corta si dimensionamos la cantidad de mujeres que somos y que sin importar la ocupación, realizamos diariamente actividades que requieren de movimientos de dinero ya sea en efectivo o al realizar pagos con tarjetas.

¿Qué sucede entonces? La brecha generacional es un factor importante a considerar en el uso de herramientas financieras, muchas mujeres mayores de 50 años no son titulares de una cuenta ya que utilizan (y siempre lo han hecho) la tarjeta o cuenta de su pareja, lo cual no está mal pues son las encargadas de la administración del hogar, pero les deja en la imposibilidad de realizar movimientos o estrategias que favorezcan precisamente a su economía familiar y personal pues coarta la toma de decisiones o las posterga hasta que llegan a la edad de cobrar un apoyo gubernamental y entonces tienen la necesidad de adquirir un servicio bancario a su nombre.

Por otro lado, las generaciones de 40 para abajo, estamos familiarizadas con el uso de cuentas bancarias, tarjetas de débito o crédito, banca electrónica y herramientas financieras en mayor medida. Sin embargo el panorama no es del todo alentador. Hasta el 2021 según datos del Inegi solo el 30% de las mujeres en edad productiva contaban con una cuenta de ahorro para el retiro. Situación que compromete alarmantemente el futuro de las mujeres pues sin importar el sector donde se desempeñen, les pronostica una vejez sin un ingreso financiero seguro.

Otro dato, solo el 16.4% de las mujeres en México tiene algún tipo de seguro, por lo tanto, la vulnerabilidad de sus familias ente la pérdida de una mamá, hija o hermana es también una constante que se convierte en la disminución de ingresos familiares, descenso en el estilo de vida y hasta deserción escolar entre otras consecuencias.

Si bien hombres y mujeres tenemos la responsabilidad de formar una sociedad justa, equitativa e informada, es necesario que todas las mujeres tomen el control de sus finanzas y así mejoren también las de su entorno. Existen productos bancarios diseñados especialmente para nosotras y programas gubernamentales como el Proyecto Minerva de la Condusef, cuyo objetivo es que todas seamos beneficiadas del uso del sistema financiero.

Si te interesa conocer más sobre el tema. Yo soy Anahi Ruiz, asesora financiera y te invito a seguirme en Facebook como @ARFinanzasPersonales para que tracemos juntos el mejor camino hacia tus metas financieras.
¡Hasta la próxima!

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